Historia de Mahajanga
Mahajanga fue fundada a principios de los siglos XVII y XVIII bajo el reinado de Andriamandisoarivo (1685-1718), hijo de Andriandahifotsy y fundador del reino Sakalava de Boina. En unas pocas décadas, Mahajanga suplantó a Tongay, la capital del reino, para convertirse en un centro comercial activo con África Oriental, Oriente Medio y Europa comerciando esclavos, cebos, cera, arroz, madera, piedras preciosas, especias, sedas, armas y otros artefactos. Este comercio orquestado por los Antalaotra («marineros» africanos mixtos árabes y comoranos) alcanzó su punto máximo bajo la gran reina Ravahiny a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La reina Ravahiny, gobernante de Sakalava, estaba en excelentes términos con el rey Andrianampoinimerina (primer rey de Madagascar unida), pero sus sucesores, divididos por disputas dinásticas, no pudieron resistir los objetivos expansionistas de Merina.
En 1824, Merina, con la reina Radama I, conquistó Boina y Mahajanga, pero esta ocupación encontró una fuerte resistencia de la población local – un incendio devastó gran parte de la ciudad en 1825 – y los disturbios no se detuvieron hasta 1835, cuando el rey Sakalava Andriantsoly abdicó para refugiarse en Mayotte.
En 1841, Mahajanga fue declarado protectorado francés junto con Nosy Be, Nosy Faly y Nosy Mitsio. El 14 de enero de 1895, los primeros barcos de la fuerza expedicionaria francesa atracaron en el puerto con la intención de abrir el camino a la colonización.
Que ver y hacer en Mahajanga
Mahajanga por sí sola no es el mejor destino de vacaciones, hace mucho calor (puede alcanzar fácilmente los 35-40 grados), es una ciudad muy polvorienta pero con cierto encanto. Mahajanga es sin embargo la base para visitar muchos lugares que merecen ser visitados.
Un día podría comenzar visitando la fantástica playa de Antsanitia, la más hermosa de la zona, para terminar al atardecer en el Cirque Rouge, el Tsingy Rojo de Mahajanga.
Muchos turistas que se aventuran en estos lares lo hacen por el Parque Nacional de Ankarafantsika National (2 horas en coche) y por las espléndidas cuevas de Anjohibe con sus piscinas naturales y sus lémures. Para visitar las cuevas considerar al menos 2 días (4/5 horas en cada sentido de camino muy accidentado).
También cabe mencionar Katsepy con su faro, su playa y varias especies de lémures.
Aunque lejos y de difícil acceso, trate de organizar una visita a los Parques Nacionales de Namoroka y la Bahía de Baly (mínimo 5 días para visitar ambos parques).