Lémures, baobabs, selva tropical, desierto, senderismo y buceo: Madagascar es un destino de ensueño para los amantes del aire libre: y la mitad de la diversión consiste en llegar a todos estos increíbles lugares.
Madagascar es único: el 5% de todas las especies animales y vegetales conocidas se pueden encontrar aquí, y solo aquí. El animal característico de la isla es, por supuesto, el lémur, pero hay muchas más criaturas y plantas extrañas y maravillosas: baobabs, insectos, tiburones, ranas, orquídeas, palmeras, pájaros, tortugas, mangostas. La lista continua. Gran parte de esta biodiversidad está amenazada por el cambio climático y la presión demográfica, lo que le da a cada viaje un sentido de urgencia pero también de propósito: el turismo puede ser verdaderamente una fuerza para el bien.
La notable fauna y flora se combina con paisajes épicos de una diversidad increíble: puedes ir de la selva tropical al desierto en solo 300 km. Pocos lugares en la Tierra ofrecen un caleidoscopio de naturaleza tan intenso. Hay cañones de arenisca, kárstico de piedra caliza, montañas, colinas fértiles con cascadas de arrozales en terrazas, bosques de todo tipo (de lluvia, secos, espinosos) y un suelo rico en laterita que le dio al país su apodo de ‘Isla Roja’. Con 5000 km de costa, el mar nunca está muy lejos, turquesa e idílico en algunos lugares, peligroso en otros.
Para aquellos que disfrutan de la aventura, Madagascar es un destino único: la conducción todoterreno es fenomenal, hay parques nacionales que solo reciben unos pocos cientos de visitantes al año, regiones que viven en la autarquía durante la temporada de lluvias y resorts tan remotos que necesitará un avión o bote privado para alcanzarlos. También hay más actividades para los que tendrán más tiempo: caminatas, buceo, ciclismo de montaña, kitesurf, escalada en roca, lo que sea. Ah, y también hay muchas piscinas naturales, playas y hamacas para recuperarse.
Madagascar ha sido poblada por sucesivas oleadas de inmigrantes de varios rincones del Océano Índico. No se parece a ningún otro lugar de África o Asia. Hay vistas fantásticas para descubrir esta historia única, pero también numerosas oportunidades para conocer gente local a través de estancias en pueblos, senderos de larga distancia, festivales, taxi-brousse (taxis de arbustos) y discotecas los viernes por la noche.